El conejo al ajillo es un plato típico de muchas regiones de este país y sin duda en cada zona tiene su peculiaridad pero en todas ellas es un plato para chuparse los dedos.
La carne de conejo es una carne blanca muy sana porque apenas tiene grasa y, aunque a veces está un poco olvidada, os aconsejo incorporarla a vuestras mesas porque os sorprenderá las posiblidades que ofrece.
INGREDIENTES (para 2 personas):
- 1 conejo entero (no muy grande)
- 6 o 7 dientes de ajos
- Aceite de oliva virgen extra
- 1 vaso de vino blanco (yo utilicé un Pedro Ximenez)
- Sal y pimienta
- Perejil picado
PREPARACIÓN:
Lo primero será tener preparado el conejo. En la carnicería te lo dan trocedado por lo que apenas supone esfuerzo.
Lo siguiente será salpimentarlo al gusto.
En un sartén ponemos un buen chorro de aceite de oliva y en éste incorporamos tres dientes de ajos enteros sin pelar (se pueden machacar un poco con la mano) para que el aceite coja sabor.
Cuando estén empezando a dorarse incorporamos a la sartén el conejo. En un primer momento el fuego será fuerte porque nos interesa que se dore bien por fuera.
Una vez que veamos que está doradado, bajaremos el fuego a temperatura media-baja y le incorporaremos el resto de ajos. A mi en esta ocasión me gusta picarlos, pero también podéis echarlos en láminas o enteros.
Una vez dorados los ajos le añadimos el vaso de vino. El vino utilizado puede ser un vino blanco. Yo en esta ocasión me decanté por un Pedro Ximenez que le da un tono más oscuro a la salsa y un sabor muy peculiar que me encanta.
Dejaremos que se haga bien el conejo durante 30-40 minutos (según el tamaño del conejo) hasta que el conejo quede blandito y la salsa se caramelice.
Al final podemos incorporar un poco de perejil picado.
Es un plato para chuparse los dedos y sobretodo para mojar pan. La carne queda muy tierna y sabrosa.
Ya sólo falta acompañarlo con una buena ensalada y tendremos un menú perfecto al que nadie podrá resistirse.
¿Os animáis a probar?
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