viernes, 27 de enero de 2023

Dorayakis de Doraemon

La cultura gastronómica japonesa es poco conocida en nuestro país, sin embargo hay un dulce que prácticamente todos conocemos, los dorayakis, gracias a Doraemon, el gato cósmico.

Sin embargo, muchos piensas que se tratan de tortitas rellenas de crema de chocolate, pero no es así. Su relleno es una especie de mermelada, conocido con el nombre de anko, que se prepara con judías azuki.

Es un sabor que de primeras resulta extraño, ya que no dejan de ser judías, pero con ese toque dulce las hace muy ricas. 



INGREDIENTES (6 unidades):

Para los bizcochos:

- 200 grs. de harina
- 2 huevos
- 15 grs. de azúcar
- 2 cucharadas de miel
- 80 ml. de agua
- 5 grs. de levadura química


Para el relleno:
- 125 grs. de judías azuki
- 100 grs. de azúcar
- Agua
- Pizca de sal

PREPARACIÓN:

Comenzamos preparando el anko.

La noche anterior vamos a dejar en remojo las judías. Pasado ese tiempo enjuagamos las judías, y las cocemos con agua durante 15 minutos en nuestra olla rápida.




A continuación, retiramos el agua y añadimos el azúcar. Lo vamos a cocinar a fuego medio, removiendo para que no se pegue. Si vemos que queda muy espeso le podemos añadir un poco de agua y una pizca de sal.



Una vez tengamos una mermelada la podemos triturar para dejarla más fina. 


Dejamos enfriar.

Preparación de los bizcochos.

Ponemos el azúcar con los huevos y batimos hasta que se doble la masa. 

Añadimos la harina y la levadura tamizada y con movimientos envolventes vamos integrando a la mezcla anterior.

Añadimos el agua y dejamos reposar la masa 30 minutos en el frigorífico.



Ponemos una sartén o plancha, la engrasamos un poco, y vamos formando círculos de masa. Cuando veamos burbujas en la parte superior les damos la vuelta. 



Una vez templados, los rellenamos de nuestra masa de anko y a disfrutar.




Si no os gusta el relleno, siempre podemos dar nuestro toque con crema de chocolate, mermelada u otro relleno al gusto.

¿Os animáis a probar?

viernes, 20 de enero de 2023

Sopa de cebolla

Pocas cosas son más reconfortantes que un buen plato de comida caliente para combatir el frío. La sopa de cebolla, al igual que la sopa de ajo es un plato que ya se preparaba en la Edad Media, platos de pobres que con el paso del tiempo se ha ido modernizando, con ese toque que le da el pan y el queso fundido por encima.

Existen diferentes versiones, en este caso con vino blanco y agua, aunque se puedo preparar con caldo, según la intensidad que queramos darle.



INGREDIENTES (para 4 personas):

- 5 o 6 cebollas pequeñas
- 200 ml. de vino blanco
- 750 ml. de agua
- 50 grs. de mantequilla
- 30 ml. de aceite de oliva virgen extra
- 10 grs. de harina
- Pan
- Queso (emmental va perfecto)
- Queso rallado
- Sal
- Pimienta



PREPARACIÓN:

Comenzamos cortando las cebollas en juliana. 

En una olla ponemos el aceite de oliva y la mantequilla. Le agregamos la cebolla y salpimentamos.

Dejamos que se cocine aproximadamente 20 minutos. En caso de que os guste la cebolla más dorada, darle 10 minutos más. Así queda blanquita.

Incorporamos la harina y dejamos que se cocine.

Añadimos el vino blanco, dejamos que evapore el alcohol y vertemos el agua. Si queréis podéis añadir un caldo de ave o de de carne que potenciará el sabor.



Bajamos el fuego y dejamos que se cocine 30 minutos más.



Por último servimos en cazuelas individuales y ponemos rodajas de pan tostado y ponemos queso por encima. Por último, rallamos queso cubriendo toda la cazuela y la llevamos al grill del horno, de 5 o 6 minutos.




Conseguiremos una costa riquísima que le da un toque fantástico.


Servimos bien caliente, antes de que se enfríe.

 ¿Os animáis a probar?

viernes, 13 de enero de 2023

Roscón de Reyes de Ibán Yarza en Robinfood

Después de una temporada sin publicar nada volvemos con fuerzas renovadas y qué mejor forma que con la mejor receta de Roscón de Reyes que he probado hasta la fecha.

La receta es una adaptación de la que preparó, para el programa Robinfood de David de Jorge, Ibán Yarza, uno de los mejores panaderos de este país.

Es una receta sencilla, se puede preparar con o sin amasadora y lo mejor de todo siempre sale bien. 


INGREDIENTES:

Para el fermento previo:

- 90 grs. de harina de fuerza
- 55 ml. de leche
- 2 grs. de levadura fresca

Para la masa:

- El fermento previo (aprox. 145 grs.)
- 340 grs. de harina de fuerza
- 120 grs. de infusión de leche con cítricos, canela, ron y agua de azahar
- 70 grs. de azúcar
- 15 grs. de levadura fresca
- 2 huevos
- 60 grs. de mantequilla
- 2 cucharadas de ron (opcional)
- 2 cucharadas de agua de azahar
- Ralladura de limón
- Pizca de sal

Para decorar:

- Azúcar humedecido o azúcar perlado
- Almendra fileteada o en cubos
- Fruta escarchada
- 1 huevo para pintar

PREPARACIÓN:

Lo primero de todo será hacer el fermento previo

Para ello vamos a poner en un bol la harina (90 grs.), la leche (55 ml.) y la levadura fresca (2 grs.). Amasamos hasta integrar toda la leche y obtener una bola de masa.



Yo suelo prepararla la noche antes de preparar el roscón. La dejo 2 horas a temperatura ambiente, tapada con un papel film, y después la llevo al frigorífico toda la noche.

Si lo queréis hacer todo el mismo día, lo ideal es dejarla a temperatura ambiente 4 horas aproximadamente.

A continuación vamos a preparar la masa del roscón.

Yo uso una amasadora pero podéis hacerlo a mano perfectamente, sólo que os llevará algo más de tiempo.

Lo primero será poner a infusionar en leche la peladura de una naranja y un palo de canela. En cuanto la leche se ponga a hervir, la retiramos del fuego y dejamos que se temple.

Ponemos en el bol, la harina (340 grs.), el fermento que ya teníamos preparado que desmigaremos con los dedos, el azúcar (70 grs.), la levadura fresca (15 grs.), los 2 huevos, la pizca de sal y por último los líquidos.

El total de líquido debe ser 120 grs, por lo que ponemos el agua de azahar y el ron al gusto y el resto de leche infusionada hasta llegar a ese peso. 



Mezclaremos todos los ingredientes hasta conseguir una masa homogénea.

Por último, añadimos la mantequilla. En este caso debe estar fría, no a temperatura ambiente y si la ponemos en daditos, se incorporará más fácilmente.

Amasamos aproximadamente 10 minutos. Al principio parecerá que la masa está muy pegajosa pero poco a poco la mantequilla se integrará y conseguiremos una masa suave y brillante. No debemos nunca añadir más harina.

Una vez tenemos la masa, la tapamos y la dejamos 1 hora hasta que doble su volumen.



A continuación, desgasificamos nuestra masa y la dejamos reposar 10 o 15 minutos antes de darle forma de roscón.



Hacemos el agujero en el medio y estiramos el roscón como si de una correa se tratara. Será el momento de ponerlo en una bandeja con papel de horno y si nos gusta, añadir una figuro o una haba, según la tradición de cada uno.

Yo suelo ponerle un aro en el medio para que no se cierre al crecer la masa.


Pintamos con huevo y lo tapamos. Dejamos que vuelva a crecer entre 45 minutos y una hora.

Pasado ese tiempo, volvemos a pintar con huevo batido y decoramos a nuestro gusto, ya sea con azúcar humedecido, azúcar perlado, almendra, guindas o fruta escarchada.



Con el horno precalentado a 190ºC, lo tendremos aproximadamente 18 a 20 minutos hasta que veamos que está dorado. Vais a ver como en el horno termina de crecer.




Dejamos que se enfríe. Podemos rellenarlo de nata, trufa, crema pastelera o comerlo tal cual. Vais a comer un roscón super esponjoso con ese toque de agua de azahar que lo hace único.




Aprovecho para desearos a todos un Feliz Año 2023.

¿Os animáis a probar?