Me confieso admirador de todo tipo de panes, de barra, de hogaza incluso del pan de molde, que desde luego no puede compararse a los anteriores pero si lo hacemos nosotros mismos, comprobaréis que en nada tiene que envidiar, porque a quién no le gusta un sandwich mixto o unas tostadas.
La dificultad es nula y si os da miedo por el tema del levado, deciros que se lo quitéis rápidamente, sólo se trata de tener un poco de paciencia pero nada más.
INGREDIENTES:
- 180 ml de agua
- 1 cucharada miel (o una cucharada sopera de azúcar)
- 20 ml. de aceite de oliva
- 25 grs. de levadura fresca
- 300 grs. de harina de fuerza
PREPARACIÓN (en Thermomix):
Ponemos en el vaso el agua, la cucharada de miel y el aceite y programamos durante 2 minutos a velocidad 1 a 37ºC.
Incorporamos la levadura durante 10 segundos a vel. 5.
Añadimos la mitad de la harina (90 grs.) durante 15 segundos a velocidad 6.
Nos queda añadir el resto de la harina y la sal durante 3 minutos a velocidad espiga.
PREPARACIÓN (Clásica):
Mezclamos la levadura fresca con el agua tibia durante 10 minutos hasta que veamos burbujas en la superficie.
En un cuenco añadimos la
harina y la sal, y en el centro, hacemos un hueco donde incorporamos la
mezcla de agua y levadura. Incorporamos la cucharada de miel y el aceite. Removemos bien hasta que se desprenda de los
bordes.
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La masa la dejamos en un cuenco (podemos humedecer el cuenco con un poco de aceite para que no se pegue) y tapamos con un paño de cocina limpio.
Dejaremos al menos media hora. Transcurrido este tiempo la masa habrá doblado su volumen.
Ahora preparamos el molde. Yo uso uno de silicona de tipo plum-cake al que al igual que para los bizcochos untamos de mantequilla y espolvoreamos harina para que luego nos sea más fácil sacarlo.
Transcurrida la media hora es el momento de introducir la masa en el molde. Nos ayudamos de las manos para darle forma y que llegue bien a todas las esquinas.
Ahora es el momento del segundo levado. Yo lo que hago es que lo dejo dentro del horno ya preparado en su rejilla durante otra media hora para que suba.
Pasado este tiempo enciendo el horno (sin precalentar) y lo dejo durante 25 minutos a 180ºC.
TRUQUILLO:
Ahora viene el paso más importante para que el resultado sea un pan de molde como el que compramos y no nos quede duro. Una vez saquemos el pan del horno lo que haremos será envolver el pan con un paño de cocina limpio y a su vez lo meteremos en un bolsa de plástico hasta que se enfríe.
De esta manera conseguirmos que nos quede blandito y con un aspecto muy similar al comprado. Una vez frío desmoldamos el pan que saldrá muy fácil del molde de silicona.
Estoy seguro que si alguna vez probáis a hacerlo no será la última. Ya sólo teneis que cortar las rebanadas del grosor que más os guste y a disfrutar. Por ejemplo con unas tostadas para el desayuno.
¿Os animáis a probar?
Muy buena pinta, esto hay que probarlo.... también.
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