Puedo decir sin ningún género de dudas que este es uno de mis platos favoritos y como buen hijo diré que el de mi madre (como seguramente el de la vuestras) es el mejor.
Pero como no siempre puedo comer el cocido de mi madre aquí os traigo un plato en el que antiguamente se tardaba toda la mañana para prepararlo pero que ahora con las ollas rápidas se hace en un periquete.
INGREDIENTES (para 6 personas):
- 300 grs. de garbanzos
- 3 patatas
- 3 zanahorias
- Morcillo
- Costilla
- Hueso y pata de jamón
- Tocino
- Oreja de cerdo
- Chorizo
- Morcilla
- Morcilla
- Fideos (para la sopa)
PREPARACIÓN:
Lo primero a tener en cuenta es que debemos tener a remojo los garbanzos en agua fría durante al menos 12 horas. Yo generalmente los dejo la noche anterior. Tened en cuenta que absorben agua por lo que es preferible añadir bastante para que siempre queden cubiertos.
Y hasta aquí la complicación de la receta ya que el resto es incorporarlo a la olla.
Pelamos las patatas y las cortamos en trozos no muy grandes. Pelamos las zanahorias y las dejamos enteras.
Escurrimos el agua de los garbanzos y los incorporamos a la olla. Añadimos las patatas y las zanahorias. Incorporamos toda la carne que deseemos. Podemos añadir desde morcillo, oreja, jamón, gallina o lo que más nos apetezca.
Y añadimos agua. En esta ocasión como queremos hacer sopa, añadimos hasta el tope máximo de la olla. Salamos y cerramos la olla.
Una vez que suban los dos anillos lo dejaremos 15 - 18 minutos. El tiempo dependerá de vuesta olla y del tipo de garbanzo. Como véis en las fotos yo utilicé un garbanzo muy finito de Astorga que cuece muy rápido.
Pasado este tiempo y una vez que nos deja abrir la olla rápida colaremos el caldo para hacer la sopa.
Si vemos que tiene mucha grasa podemos quitarla un poco con un cucharón. Lo ponemos a hervir y le añadimos los fideos. Y ya tenemos la sopa lista.
Podemos servir los garbanzos sólos o con la carne al lado. A mi también me gusta cocer aparte una berza y añadirla a los garbanzos e incluso también le va bien judías verdes.
Sin duda un plato imprescindible para estos días de invierno donde la cuchara es lo que más nos pide el cuerpo.
¿Os animáis a probar?
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